El conformador postoperatorio es un dispositivo de PMMA transparente, silicona o resina blanca (sin iris ni venas pintadas) que se aplica inmediatamente después de la intervención para evitar que surjan los primeros fenómenos de retracción de la cavidad y mantener la funcionalidad de los párpados. Su aplicación es suficiente para mantener la amplitud de la cavidad durante algunas semanas, y facilita la posterior aplicación protésica.
Existen conformadores de diferentes tamaños y formas, simples o con uno o más orificios para permitir la instilación de colirios o pomadas. La forma del conformador debe acoplarse lo máximo posible a los fórnix palpebrales superior e inferior al objeto de mantener su amplitud. La aplicación del conformador es indispensable tras la intervención de profundización de los fórnix o de desbridamiento de las adherencias conjuntivales, al objeto de evitar que durante la cicatrización los tejidos separados se vuelvan a adherir.
En cambio, el conformador por compresión es un simple conformador que se aplica con un vendaje especial. Dicho vendaje ejerce sobre el conformador una fuerza útil para favorecer la retención de la prótesis en las cavidades donde se requiere más capacidad de contención o donde se tiene que aumentar el tamaño de los fórnix.
Un capítulo a parte merecen los conformadores pediátricos que suelen estar diseñados para servir también de blefarostato, al objeto de remodelar la rima palpebral y aumentar progresivamente la funcionalidad de los párpados, a menudo gravemente afectada en la anoftalmia congénita o después de la enucleación seguida por radioterapia conservativa.